lunes, 21 de marzo de 2011

tipos de estrellas


Estrellas ligadas
Las estrellas pueden estar ligadas gravitacionalmente unas con otras formando sistema estelar binario, ternario o agrupaciones aún mayores. Una fracción alta de las estrellas del disco de la Vía láctea pertenecen a sistemas binarios; el porcentaje es cercano al 90% para estrellas masivas y desciende hasta el 50% para estrellas de masa baja. Otras veces, las estrellas se agrupan en grandes concentraciones que van desde las decenas hasta los centenares de miles o incluso millones de estrellas, formando los denominados cúmulos estelares. Estos cúmulos pueden deberse a variaciones en el campo gravitacional galáctico o bien pueden ser fruto de brotes de formación estelar (se sabe que la mayoría de las estrellas se forman en grupos

Estrellas aisladas

No todas las estrellas mantienen lazos gravitatorios estables; algunas, igual que el Sol, viajan solitarias, separándose mucho de la agrupación estelar en la que se formaron. Estas estrellas aisladas obedecen, tan solo, al campo gravitario global constituido por la superposición de los campos del total de objetos de la galaxia: agujeros negros, estrellas objetos compactos y gas interestelar




Gigantes
Las estrellas de este grupo, son enormes y luminosas. Su tamaño puede llegar fácilmente a 100 veces el diámetro solar. En el diagrama superior, las podemos ver de color amarillo o rojo, la densidad es baja y su estadio vital está en un nivel posterior al de las estrellas que aparecen en el diagrama en la secuencia principal.
Supe gigante
Las estrellas súper gigantes, se distinguen fácilmente por extrema luminosidad,  40 ó 50 veces superior a las gigantes. Su tamaño puede superar en 400 veces el diámetro del Sol. Podemos verlas en el diagrama superior, arriba a la derecha.
Novas
Como su nombre indica, las novas o estrellas nuevas, son estrellas de magnitud variable. Su brillo puede subir bruscamente en horas o días, para luego irse apagando gradualmente hasta el estadio anterior. La explosión de una Nova, ocurre cuando hay un desequilibrio entre las fuerzas gravitatorias de la propia estrella y la fuerza expansiva de sus gases. Obviamente, sus capas exteriores revientan irradiando una luminosidad y brillo a veces superior a 200.000 soles.  Este proceso puede repetirse ocasionalmente al cabo de unos 10 años

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